ESP – El pasado domingo 22 de septiembre, el Teatre Ukalari Calós en Ciutadella se llenó de risas, reflexiones y crítica social con la representación de «No me toques el cuento», una obra que, desde el humor y la ironía, deconstruye los clásicos relatos de princesas. A las 19:00 horas, el público se sumergió en un mundo donde las princesas ya no son las dulces y perfectas figuras que Disney nos ha mostrado durante décadas.
La trama de la obra gira en torno a cuatro princesas icónicas que, cansadas de vivir bajo los estereotipos de belleza y sumisión, deciden rebelarse y contar «la otra cara del cuento». Esta vez, las protagonistas no son solo bellas y siempre felices; ahora muestran sus debilidades, frustraciones y el hastío de vivir en un mundo lleno de convenciones sexistas. Las princesas, interpretadas por un grupo talentoso de actrices, se plantan en el escenario con un propósito claro: romper con el final de «y vivieron felices y comieron perdices».
El montaje utiliza como punto de partida las historias que todos conocemos: las princesas Disney, que siempre parecen tener la misma fórmula mágica. Son perfectas en apariencia, alegres y bondadosas, con una impecable capacidad para cantar. Sin embargo, bajo esta capa de perfección se esconde una realidad que nunca se cuenta, y eso es lo que «No me toques el cuento» desvela con una notable dosis de humor.
Uno de los elementos más aplaudidos de la obra fue, sin duda, su capacidad para usar la música y la sátira como principales herramientas de crítica. A través de pegajosas canciones y diálogos irónicos, las princesas cuestionan las convenciones que subyacen en sus historias y que, en buena medida, se han trasladado a las películas infantiles. Así, la obra consigue hacer reflexionar al público sobre la representación de las mujeres en estos relatos y cómo los mensajes que transmiten pueden ser sexistas y limitantes.
Con una puesta en escena sencilla pero efectiva, y con un vestuario que juega con los clichés de los cuentos de hadas, las actrices logran captar la atención del público desde el primer momento. Su interpretación enérgica y cómica estuvo cargada de momentos brillantes, en los que no faltaron las carcajadas y los aplausos. La complicidad entre las actrices hizo que la obra fluyera de manera natural, manteniendo a los espectadores enganchados durante toda la representación.
Aunque la obra está dirigida principalmente al público adulto, por su enfoque crítico hacia los roles de género y los estereotipos femeninos, también supo conectar con los más jóvenes. Las princesas, lejos de ser las figuras de perfección intocable, se convierten en mujeres de carne y hueso, con sus luces y sombras. Esta humanización de los personajes logró un impacto emocional y reflexivo, especialmente en aquellos espectadores que crecieron con estos cuentos y que ahora pueden verlos desde una nueva perspectiva.
«No me toques el cuento» ya ha sido vista por más de 27.000 personas en toda España, y no es difícil entender por qué. Su enfoque original, su mezcla de humor y crítica social, y su capacidad para hablar de temas tan relevantes como el sexismo, la belleza idealizada y los roles de género hacen de esta obra una experiencia teatral única y necesaria en los tiempos que corren.
En resumen, la representación del pasado domingo en el Teatre Ukalari Calós fue una muestra de cómo el teatro puede ser un espacio para el entretenimiento, pero también para la reflexión. La obra nos recuerda que, aunque los cuentos de hadas puedan parecer inocentes, esconden detrás mensajes que merecen ser cuestionados. «No me toques el cuento» lo hace de forma brillante, con humor, música y un toque de irreverencia, dejando al público con una sonrisa en la cara y muchas ideas en la cabeza.
Fotos: Rafel Pons
FUMERO – BALCÁZAR – ROCA TRIO – ES CLAUSTRE
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ESP – El pasado domingo 22 de septiembre, el Teatre Ukalari Calós en Ciutadella se llenó de risas, reflexiones y crítica social con la representación de «No me toques el cuento», una obra que, desde el humor y la ironía, deconstruye los clásicos relatos de princesas. A las 19:00 horas, el público se sumergió en un mundo donde las princesas ya no son las dulces y perfectas figuras que Disney nos ha mostrado durante décadas.
La trama de la obra gira en torno a cuatro princesas icónicas que, cansadas de vivir bajo los estereotipos de belleza y sumisión, deciden rebelarse y contar «la otra cara del cuento». Esta vez, las protagonistas no son solo bellas y siempre felices; ahora muestran sus debilidades, frustraciones y el hastío de vivir en un mundo lleno de convenciones sexistas. Las princesas, interpretadas por un grupo talentoso de actrices, se plantan en el escenario con un propósito claro: romper con el final de «y vivieron felices y comieron perdices».
El montaje utiliza como punto de partida las historias que todos conocemos: las princesas Disney, que siempre parecen tener la misma fórmula mágica. Son perfectas en apariencia, alegres y bondadosas, con una impecable capacidad para cantar. Sin embargo, bajo esta capa de perfección se esconde una realidad que nunca se cuenta, y eso es lo que «No me toques el cuento» desvela con una notable dosis de humor.
Uno de los elementos más aplaudidos de la obra fue, sin duda, su capacidad para usar la música y la sátira como principales herramientas de crítica. A través de pegajosas canciones y diálogos irónicos, las princesas cuestionan las convenciones que subyacen en sus historias y que, en buena medida, se han trasladado a las películas infantiles. Así, la obra consigue hacer reflexionar al público sobre la representación de las mujeres en estos relatos y cómo los mensajes que transmiten pueden ser sexistas y limitantes.
Con una puesta en escena sencilla pero efectiva, y con un vestuario que juega con los clichés de los cuentos de hadas, las actrices logran captar la atención del público desde el primer momento. Su interpretación enérgica y cómica estuvo cargada de momentos brillantes, en los que no faltaron las carcajadas y los aplausos. La complicidad entre las actrices hizo que la obra fluyera de manera natural, manteniendo a los espectadores enganchados durante toda la representación.
Aunque la obra está dirigida principalmente al público adulto, por su enfoque crítico hacia los roles de género y los estereotipos femeninos, también supo conectar con los más jóvenes. Las princesas, lejos de ser las figuras de perfección intocable, se convierten en mujeres de carne y hueso, con sus luces y sombras. Esta humanización de los personajes logró un impacto emocional y reflexivo, especialmente en aquellos espectadores que crecieron con estos cuentos y que ahora pueden verlos desde una nueva perspectiva.
«No me toques el cuento» ya ha sido vista por más de 27.000 personas en toda España, y no es difícil entender por qué. Su enfoque original, su mezcla de humor y crítica social, y su capacidad para hablar de temas tan relevantes como el sexismo, la belleza idealizada y los roles de género hacen de esta obra una experiencia teatral única y necesaria en los tiempos que corren.
En resumen, la representación del pasado domingo en el Teatre Ukalari Calós fue una muestra de cómo el teatro puede ser un espacio para el entretenimiento, pero también para la reflexión. La obra nos recuerda que, aunque los cuentos de hadas puedan parecer inocentes, esconden detrás mensajes que merecen ser cuestionados. «No me toques el cuento» lo hace de forma brillante, con humor, música y un toque de irreverencia, dejando al público con una sonrisa en la cara y muchas ideas en la cabeza.
Fotos: Rafel Pons
NO ME TOQUES EL CUENTO – TEATRE UKALARI CALÓS
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